martes, 28 de julio de 2009

La Risa Piadosa


Las risas explotaron hacia todos lados de manera efervescente. La totalidad de los que nos encontrábamos allí, carcajeamos a más no poder.

- ¡Ahhhhhhh jajajajajajajaja! vociferaron algunos instantáneamente. Otros menos desatados (con una risa algo más aguda y chistosa) entonaban su ¡jú jú jú! característico, mientras que del otro lado de la sala, los otros dos decían: - ¡Está bueno! ¡está bueno!

El chiste que contó "El Oreja" dió resultado. Y por eso terminó en una risada general que llegó hasta volúmenes saturadores. Parecía que todas las personas presentes habían podido descifrar el final. Es por eso que yo también comencé reir, y fué tan así que emití una de las más convincentes carcajadas de toda mi vida.

- ¡Guaaaaajajaja! ¡guaaajajaja! grité con ansias mientras le rogaba por dentro al destino que no me pregunten nada a mi, porque en realidad yo no había entendido el chiste.

viernes, 3 de julio de 2009

El Hambre


En casa de un amigo, fuiste a buscar unas cosas tuyas y pasate por la cocina. La mesa está preparada, todos sentados a ella:


(¡Uy, que rica debe estar esa comida! Sentí el aroma que despide. Son las 12:00 del mediodía y yo me muero de hambre. ¡Que rico! Mirá esas papas, tan doradas y sabrosas gritando "cómanme, cómanme". Y ese pollito humeante saliendo del horno. ¡Ay mi Dios!

Tengo ganas de comer un poquito, o probarlo nada más. Hoy no desayuné y ya me hace ruido la panza. ¡No puedo sacarle los ojos de encima! Estoy hipnotizado.)

- Bueno Martín, me voy (Sin dejar al descubierto tu hambruna) tengo que seguir haciendo otras cosas.

- José, ¿querés quedarte a comer? Hay para todos.

- No, gracias señora, le agradezco. "No tengo hambre".


No existe sapienza cierta del por qué sucede esto. Pero sucede a menudo. Y además no termina ahí:


- ¿De verdad no queres José?

- De verdad señora...

Y aquí viene lo mejor, tu amigo diciendole a su madre:

- ¡Te dijo que no quiere mami!

Jaja. ¡Saludos a todos!