viernes, 11 de septiembre de 2009

Maniobra Piloto


Vas caminando tranquilo hacia tu casa. O hacia otro lado. Probablemente llegues y te acuestes a la cama para descansar, pero por el momento eso te tiene sin ciudado.

Disfrutás del camino. De los árboles, las nubes, el sol. Pensas las cosas que debés hacer ahora, cuando llegues. Lo que vas a hacer esta noche. La duda existencial: "llego o no llego a tiempo". El color de esa casa. El perro azul que te pasa por un costado. ¿Dónde está el avión que dejó el chorro? O símplemente el camino. Vós solo y el camino, nadie más.

De repente, no era tanta la soledad. Alguien se encuentra detrás de vos. Seguís caminando sin dejar de prestarle atención a sus pasos. Y de acuerdo a tus cálculos, su velocidad no difiere demaciado de la tuya. ¡Caray! ¡Quién será! Aumentan las sospechas.

Aunque te sobrepase todo este embrollo, aún te queda un ás bajo la manga. Una intrépida y arriesgada maniobra que te dé la respuesta que necesitás. Sin vacilar y sin hacer cambios bruscos, bajas tu velocidad. Para que te pase.

Sucede ¿No?

Saludos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Observado


Luego de un tiempo, el regreso.
Este punto es un poco narcisista digamos. O egocéntrico será mejor decir, y se hizo más fuerte luego del éxito de una película. Además no tiene nada de malo ni le hace mal a nadie. Espero.

Aquí lo veremos:
Muchas veces. A lo largo de la noche. Cuando todo el mundo duerme, y solo se escuchan los ruidos de allá afuera. Nos abraza esta escalofriante sensación de que nos están observando. Buahaha ¡ha! ¡ha! ¡ha! ¡Auuuuuu! (el sonido del lobo jaja).

¡Uf! Qué sensación, como esa misma impresión que te da si serías Truman, el del Show de Truman (jaja). Alguna vez ha sido tal la paranoia que dudaste sobre si alguien te espía, fuese un agente de la CIA, o un vecino/a, o un periodista (¡ohhhh! famosísimo era jaja).
La cuestión es que a uno le cuesta mucho creer que está solo cuando lo está. O cuando lo piensa que está...