domingo, 2 de agosto de 2009

Contacto Visual


Una escena cotidiana:

Venis caminando, y como si nada hacés contacto visual con una persona. Del sexo opuesto (para hacer más persuasivo el texto).

Generalmente cuando uno mira a alguien, rara vez se queda observándolo. Pero en esta ocación era exáctamente lo que sucedía. Cada uno seguía caminando en direcciónes opuestas, al mismo tiempo que se clavaban la mirada. Un paso. Dos pasos. Tres pasos. !Cuatro pasos! !Cinco pasos! ¡A la miércole! Tensión. Desconexión.

Acabamos de terminar el contacto. No ha pasaso ni un nanosegundo desde que miramos hacia otro lado, hacia nuestro lado más interior (idéntico al lado que mirás cuando desconectás tus ojos para adentrarte en tu cabeza.). Ahí comenzamos a sacar conclusiones. ¡Qué linda (o lindo para las mujeres) estaba! ¡Qué napio que tenía! ¡Qué locura que tiene! Y así tanto asunto les interese.

Pero este no es el punto. El tema es que luego de que suceda eso, luego de dar la conclusión, de forma inevitable, volvés a mirar a esa persona...

¡Te agarró de pechito! (jajaja).
Saludos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Casi que es cierto eso!! Te agarra in fraganti, no sabés ni siquiera por qué volvés a mirarlo, ja ja!!
Soy Graciela, sigue siendo buenísimo tu espacio. Un beso.

Marina dijo...

Pues si, me agarró, ¡¡jaja!!! y que bonito es. Saludos y felicitaciones, un placer pasar por estos tus puntos impensados. abrazo.